julio 23, 2006

EL POTENCIAL ESCONDIDO

Brazo con Brazo:
La Importancia de Tener en Cuenta a los Antepasados

El ser humano y el planeta Tierra están en un cruce de caminos con muchas decisiones importantes pendientes. Es cada vez más evidente que existen dos mundos simultáneos, uno que se está cayendo y otro que está siendo construido. Existe una piedra antiquísima llamada por los Hopi (tribu indígena del EEUU) “la piedra de la profecía” en que se ven grabados claramente los dos caminos (o mundos) del ser humano en esta época. La situación es delicada porque tenemos un pie anclado en el mundo viejo y el otro pie intentando plantarse en el suelo del mundo nuevo. Pero, el fundamento del mundo nuevo todavía no está en su lugar y los patrones del mundo viejo están grabados fuertemente en nosotros anclándonos al mundo viejo.

Los físicos quánticos dicen que el ser humano lleva en su ADN la memoria del Big Bang.

Si es así, también llevamos toda la historia de nuestros linajes matriarcal / patriarcal. Una de los factores que nos mantiene atados al mundo viejo es una cuestión de genética. Llevamos en nosotros creencias, patrones y conductas de nuestros antepasados que necesitan ser atendidas. Estamos influenciados por la carga genética que distorsiona nuestra perspectiva de todo.


Por ejemplo: Cuando tenemos miedo: ¿Cuánto de este miedo pertenece a la situación actual en que nos encontramos? ¿Cuánto de este miedo es algo que hemos heredados de nuestros abuelos? Las buenas noticias son que hay dos factores importantes a nuestro favor; 1) nuestros abuelos están esperando la oportunidad de sanar sus temas, y 2) el planeta y la época nos apoya profundamente en este proceso.



Brian Swimme, un físico quántico del EEUU explica que si fuera posible eliminar todo el espacio vació de un ser humano lo que quedaría seria el tamaño de un puñadito de arena. Dicho en otra forma, si pudiéramos amplificar un átomo del ser humano al tamaño de un estadio de fútbol, el núcleo seria más pequeño que un balón, y el resto sería espacio vació. De hecho, los átomos, células, huesos, músculos están compuestos todos de energía. Teniendo eso en cuenta, tiene sentido que con las terapias energéticas (Arolo, Reiki, Cráneo Sacral, Geometría Sagrada, etc.) se puede conseguir tratar las cargas heredadas de nuestros antepasados.

A los terapeutas les aconsejaría, tener en cuenta la presencia de los antepasados de sus clientes mientras le están ofreciendo una terapia (el linaje maternal de las mujeres y el linaje paternal de los hombres). Cuando esté trabajando con la persona que piense que está sanando también a sus antepasados. Manteniendo la presencia de los antepasados profundiza notablemente cualquiera terapia energética. Imaginar que se está trabajando con los antepasados a nivel celular a través del ADN, a nivel psicológico en forma de patrones sociales heredados o incluso a nivel espiritual con sus almas.

Por otro parte, también heredamos el potencial escondido de nuestros abuelos / as. Cuantas mujeres en nuestro linaje maternal podrían haber tenido el Don de la sanación, pero por la época no se atrevieron a aprovecharlo. A lo mejor otro abuelo tenia pasiones y talentos creativos (musicales, pintura, canto, etc.) pero sencillamente no disponían del lujo de tiempo libre para desarrollarlo. Una pasión, un fuerte deseo o un talento no-realizado también puede ser heredado.

Nueve niños hicieron amistad durante las paraolimpíadas de 1998 en Seattle (EEUU). Una mañana se encontraron compitiendo juntos en el mismo evento. La pistola disparó y empezaron a correr. Un niño con síndrome de Down se cayó al principio y tenía dificultades para ponerse de pie de nuevo. Otro de los niños miró hacia atrás, vio a su amigo caído y volvió para ayudarle. De repente, los otros jóvenes empezaron a darse cuenta de lo que estaba ocurriendo y todos volvieron para ayudar al primero que se había caído. Los jóvenes se encontraron de nuevo en el sitio donde empezaba la carrera, enlazaron sus brazos y caminaron hasta el final. Estos niños re-definieron el sentido de la palabra “ganar.” No tenía sentido llegar al final de la carrera sin sus compañeros.

Es lo mismo con nuestros antepasados. Si atendemos a lo que queda pendiente la barrera se abre frente a nosotros y nos libera del peso del mundo viejo. Como estos jóvenes debemos ir “atrás”, enlazar nuestros brazos con los de nuestros abuelos y caminar todos juntos, hacia un nuevo horizonte, un lugar donde se puede alcanzar el potencial escondido de todo el linaje para, por turnos, compartirlo con los demás.

Por Pamela Field
Maestra Esenia, Maestra de Arolo Tifar e instructora de Los Ángeles de Atlantis.
www.arolotifar.com