julio 01, 2007

POBLACIÓN: La clave está en las ciudades pequeñas

Por Patricia Grogg

SAN SALVADOR (IPS) Más de la mitad de los terrícolas vivirán en ciudades el año próximo. Los gobiernos deben adecuar ahora sus estrategias para asegurar que ese crecimiento urbano tenga un impacto positivo, advierte el informe sobre el Estado de la Población Mundial 2007.

Al contrario de lo que podría creerse, las megaciudades, de 10 millones de habitantes o más, crecen más lentamente e incluso algunas de ellas pierden más población de la que ganan. La explosión demográfica en las próximas décadas se registrará en las urbes pequeñas, de 500.000 habitantes o menos, donde ya vive más de la mitad de la población urbana del mundo.

Alentar las actividades económicas de los pobres, utilizar satélites y datos demográficos para alentar o desalentar futuros asentamientos, aplicar criterios ambientales para el trazado de calles, sistemas de transportes y servicios de saneamiento son algunas recomendaciones del informe divulgado este miércoles en varias capitales del planeta.

Para el sociólogo George Martine, investigador y autor principal del informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la urbanización acelerada es un fenómeno inevitable y no necesariamente negativo, sino que ofrece oportunidades que habría que saber aprovechar.

"Es necesario redefinir y enfatizar la capacidad de prever y actuar frente al futuro", comentó a IPS el experto canadiense, durante un taller para periodistas organizado por el UNFPA en la capital salvadoreña, en el cual se dio a conocer el documento, embargado hasta este miércoles 27 de junio.

El informe señala que en 2008, más de la mitad de la población mundial, 3.300 millones de personas, vivirán en zonas urbanas. Esa cantidad se elevará en 2030 a 4.900 millones de seres humanos, de los cuales 80 por ciento se concentrarán en países en desarrollo y una gran proporción estará constituida por personas pobres.

De acuerdo al estudio, la mayor parte del crecimiento urbano será consecuencia del aumento natural o vegetativo y no de la migración, lo que hace inoperantes los controles adoptados por algunos países para desalentar el éxodo desde el campo hacia las áreas urbanas.

Para los expertos, no es difícil imaginar cómo será la vida en las urbes pequeñas con el doble o más de habitantes, sin las previsiones del caso en materia de servicios, vivienda, espacios públicos y otros.

"La situación será bastante parecida al caos que ya estamos viviendo en estos momentos, donde el crecimiento de la población urbana está sobrepasando la capacidad de la infraestructura existente", comentó a IPS Arie Hoekman, representante del UNFPA en México y director para Cuba y República Dominicana.

A su vez, Martine insistió en que es imprescindible actuar para prever las necesidades, especialmente de los pobres, quienes terminarán de lo contrario viviendo en "los peores lugares posibles" y sin acceso a lo que la ciudad puede ofrecer, condicionando una mayor exclusión social.
"La población seguirá creciendo, y la incapacidad de los políticos de reconocer eso y de actuar de una forma más apropiada y a largo plazo para hacer frente al problema de una forma mas eficaz es lo que nos preocupa", señaló el experto.

El informe subraya que las decisiones que se adopten hoy en las ciudades de todo el mundo en desarrollo conformarán no sólo sus propios destinos, sino también el futuro social y ambiental de la humanidad.

"El próximo milenio urbano puede tornar más manejable la pobreza, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, o puede agravarlas exponencialmente. Desde esta perspectiva, todas las medidas que se adopten para abordar los retos y oportunidades de la transición urbana deben estar imbuidas de un sentido de urgencia", agrega.

Esos enfoques "deberían aprovechar, en lugar de desalentar, las actividades de los pobres, tanto las iniciativas individuales como las de sus organizaciones, para obtener viviendas y medios de vida más seguros, saludables y beneficiosos en los centros urbanos", indica.

Asimismo, las instituciones internacionales pueden indicar una mejor manera de reducir las tasas de crecimiento urbano, que dé a los encargados de formular políticas más tiempo para abordar los problemas urbanos.

Actualmente, en los países en desarrollo el crecimiento natural de la población "puede abordarse mejor mediante la reducción de la pobreza, la promoción de los derechos de la mujer y la provisión de mejores servicios de salud reproductiva", considera el informe.

El UNFPA considera que los responsables de políticas públicas necesitan aceptar el crecimiento urbano como un posible aliado en las tareas de desarrollo y señala que las ciudades están en mejores condiciones de ofrecer educación y servicios de salud, entre otros, debido a las economías de escala y de proximidad. Pero esas opciones no siempre se materializan debido a la deficiente gobernabilidad y las decisiones impulsadas por actitudes negativas frente a la urbanización y el crecimiento urbano.

"La competencia económica está cada vez más globalizada y las ciudades están en mejores condiciones de aprovechar las oportunidades de la globalización y de generar empleos e ingresos para un mayor número de personas", considera el informe al enumerar las ventajas que ofrecen las zonas urbanas.

El crecimiento urbano, en su mayor parte, ocurre en ciudades de tamaño pequeño y mediano, que tienen mayor flexibilidad para hacer frente al rápido crecimiento, pero menos recursos. "Por consiguiente, es necesario hacer más hincapié en ayudar a esas ciudades a crecer de forma sostenible", recomienda.

Entre las medidas de política para reducir el costo social y ambiental de la expansión urbana, el informe señala que datos demográficos e imágenes obtenidas por satélite pueden ayudar a los encargados de formular políticas a determinar cuáles son las zonas en que deben promoverse o evitarse los futuros asentamientos.

Además, se debe orientar con criterios ambientales y demográficos el trazado de calles, transportes públicos, abastecimiento de energía y de agua, puesto que ello contribuye a determinar la dirección en que crecen las ciudades.

También estima que la información sobre la ubicación, gravedad y frecuencia de los riesgos ambientales es un instrumento básico de planificación para cualquier ciudad y recuerda que los asentamientos urbanos informales son los más vulnerables ante eventos como inundaciones, terremotos y deslizamientos de tierra.

El informe aconseja, además, planificar para crear parques y vías peatonales, porque son espacios abiertos que contribuyen al bienestar individual y al buen estado físico de las personas y también "pueden promover la equidad en importantes aspectos de las vida urbana". (FIN)