wgoobar@miradasalsur.com
Tienen que ser cuidadosos con lo que ponen en Facebook. Si uno sube información a Facebook saldrá luego en algún momento de sus vidas”, alertó esta semana a los adolescentes estadounidenses el presidente Barack Obama. El inquilino de la Casa Blanca, que es un cultor de las nuevas tecnologías y sitios como Facebook o Twitter como medio de comunicación, advirtió a los jóvenes que los empleadores están mirando cada vez más sitios tales como Facebook y MySpace para investigar a sus candidatos y que un 35 por ciento de los empleadores encuestados señalaron que encontraron contenido en los sitios que les influyó para rechazar a un candidato. Aunque Obama no lo diga, los 250 millones de usuarios de Facebook son blancos indefensos de un escenario que los expertos en inteligencia califican como “el caso de espionaje más grande en la historia de la humanidad”. Con Facebook se ha logrado crear la red perfecta de espionaje, ya que uno mismo la alimenta, sube fotografías, actualiza datos que en el futuro pueden ser usados en su contra.
Supuestamente, Facebook es una herramienta de comunicación que permite contactar viejos amigos, familiares y gente que comparte los mismos intereses. Pero también es una mina de información sobre los datos personales, gustos, hábitos de consumo, preferencias sexuales y políticas de sus usuarios para las grandes corporaciones y para los 16 servicios que integran la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, abocada con igual entusiasmo a la cacería del enemigo interno y externo.
Todo comienza cuando un mensaje de parte de algún amigo invita a inscribirse y a participar en Facebook. Lo que ese usuario no sabe es que todos sus datos van a parar directamente a los discos duros de las computadoras de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos que –con la excusa de prevenir atentados terroristas–, están presentes en el sitio. La CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa recolectan, analizan y guardan todo. Nada se les escapa: fotos, correos electrónicos, conversaciones, imágenes, música y cualquier otra información relevante. Con eso establecen perfiles psicopolíticos y cuadros de contactos de cada usuario.
La población de Facebook crece a razón de dos millones de personas por semana con lo cual la CIA está accediendo a una fenomenal base de datos que contiene las relaciones entre 90 millones de personas desde la escuela primaria y a lo largo de toda su vida.
Los datos personales –como el nombre de usuario, la clave de la casilla de correo, la lista de direcciones de mail– son capturados por Facebook que rastrea todos los movimientos de sus miembros en internet. El sistema Beacon de Facebook hace seguimientos de los usuarios y asociados, incluyendo a quienes nunca se registraron o a los que desactivaron sus vínculos. Ni siquiera se salvan los muertos: con la excusa de las honras fúnebres, la red mantiene durante un año la información de los fallecidos.
Desde diciembre de 2006, la CIA utiliza Facebook para reclutar nuevos agentes. “No es necesario obtener ningún tipo de permiso para poder incluirnos en la red social”, argumentan voceros de la central de espías que además es uno de los inversores de Facebook desde mucho antes que llegara a convertirse en una de las redes sociales más populares de internet.
El periodista británico Tom Hodgkinson reveló en el diario londinense The Guardian que la CIA es uno de los dueños de Facebook a través de la empresa In-Q-Tel que es un fondo de capital de riesgo de la CIA. Creado en 1999, su misión es “identificar y asociarse con compañías que estén desarrollando nuevas tecnologías para ayudar a proveer soluciones a la Agencia Central de Inteligencia.
La página web de In-Q-Tel es muy explícita: “En 1998, el Director de Inteligencia Central (DCI) identificó la tecnología como prioridad estratégica superior, directamente conectada a los avances de la Agencia en futuras tecnologías para mejorar sus misiones básicas de recolección y análisis. El liderazgo de la Dirección de Ciencia y Tecnología diseñó un plan radical para crear una nueva empresa que ayudaría a incrementar el acceso de la Agencia a la innovación del sector privado”.
Según el periodista británico, los vínculos del Facebook con la CIA también pasan por Jim Breyer, uno de los tres socios clave que invirtió en esa red social 12, 7 millones de dólares en abril de 2005, también asociado del fondo de capital Accel Partners, miembro de los directorios de gigantes como Wal-Mart y Marvel Entertainment y además ex presidente de National Venture Capital Association (Nvca). “La más reciente ronda de financiamiento de Facebook fue conducida por una compañía financiera llamada Greylock Venture Capital, que puso 27,5 millones de dólares”, escribió Hodgkinson. “Uno de los mayores socios de Greylock se llama Howard Cox, que es otro ex presidente del Nvca que también está en la junta directiva de In-Q-Tel.”.