enero 06, 2007
EL SECRETO DE LOS PREDESTINADOS
Autor: Ricardo Kelmer
Después de ver la película Matrix cuatro entusiasmadas veces y de leer ciertas críticas (que el filme no tiene historia o que ella es confusa en exceso, que vale apenas por los efectos especiales, que es sólo un collage de citas...) decidí meter la nariz donde no fui llamado. Y contar el secreto.
Matrix es grandiosa. Su historia es densa e intrincada, sí, pero para quien anda familiarizado con ciertas cuestiones actuales, Matrix es claro. Se trata de una óptima historia en ritmo de gran cine y expone una nueva e intrigante frontera que ya no podremos evitar más: la cuestión de qué es de hecho la Realidad. Con el advenimiento de la Realidad Virtual, sobrepasamos el punto de retorno y ahora tendremos que encarar más ese desafío sobre las posibilidades de la Psique. Matrix es tan fuerte en su contenido tan rico que se puede abordar bajo diversos ángulos. Elegí el ángulo de la mitología.
Los mitos son como esqueletos de la Psique, imprescindibles para su comprensión. En Matrix, se reedita un viejo tema que se repite desde nuestros más remotos y peludos antepasados: la travesía del héroe. Se trata de una metáfora del proceso del crecimiento psicológico y la auto-realización del ser humano. El héroe, en los mitos, somos cada uno de nosotros, representados en un personaje que generalmente precisa abandonar su tierra (la seguridad de viejas certezas) y partir en busca de algo precioso (verdades más útiles y abarcadoras) o enfrentar enemigos terribles (encarar los propios miedos y bloqueos). Travesía difícil, y peligrosa, que requiere coraje, obstinación y honestidad. Pero el héroe vence el desafío y retorna a su tierra, llevando buenas obras a su pueblo y muchas veces substituyendo a un viejo rey enfermo o injusto (renovación).
Neo, el héroe de Matrix, se aventura en una realidad que parece un sueño, partiendo en busca de un misterio que puede enloquecerlo y hasta matarlo. El se niega a creer que pueda ser el Predestinado de quien habla la profecía y que cambiará el mundo y despertará a las personas. Esa duda hace que el Oráculo consultado no lo esclarezca. Los oráculos son meros instrumentos de auto-investigación psicológica donde podemos obtener respuestas sobre nosotros mismos a través de concentración y la meditación. Hasta que ni tan esotéricamente así. En rigor nadie precisaría un oráculo para saber sobre sí. Entretanto, el ritmo de la vida actual nos apartó de nuestro mundo interior y son exactamente el simbolismo y la ritualidad de los oráculos los que propician esa interiorización. En verdad quien responde a la cuestión lanzada somos nosotros mismos, o mejor, una parte de nosotros que es más sabia y que no acostumbramos a escuchar en el día-a-día. Si la respuesta es oscura, es porque la pregunta también lo fue. La pregunta cierta ya contiene en sí la respuesta.
Neo consulta al Oráculo. Pero la idea de ser el Predestinado lo incomoda y obtiene la respuesta que desea oír. Por lo tanto, presta atención: el Oráculo no dice en momento alguno que él no es el Predestinado. Dice apenas que él no está preparado. Preparado para entender que de hecho lo es. En cuanto a eso, nadie puede hacer nada, ni los oráculos ni los dioses ni nadie.
AUTOCONCIENTIZACION
La travesía personal de auto-realización nos pone en una situación donde no confiamos en nuestro potencial. Sólo somos capaces de muchas cosas cuando tenemos perfecta conciencia de quién somos y de lo que podemos hacer. Por lo tanto, llegar a esa autoconcientización es difícil. Conocer verdaderamente quién somos es una lucha armada trabada en los campos de la conciencia y del inconsciente, guerra de toda una vida donde cada auto-revelación representa una importante batalla vencida. El verdadero autoconocerse duele hasta doler porque implica necesariamente enfrentar lo que se teme, volverse lo que se evita ser, entrar en el fuego de los peores miedos. La recompensa es el mundo nuevo que la realización más íntima nos trae.
En el mundo de Matrix las personas están adormecidas y sin sentido crítico. Creen en lo les es dado para creer. Nada muy diferente de nuestro mundo actual, donde la masificación de las ideas hace que las personas pierdan la noción de sí mismas, donde nos quieren convencer de que en una sociedad deshonesta y violenta tenemos que ser más violentos y deshonestos que los otros. Es difícil huir de ese círculo vicioso. En Matrix, Neo sufre como loco para aprender que todo lo que precisa es... cambiar la visión que tiene sí mismo, apenas eso. No tienes que pensar que eres, debes saber que eres. La profecía dice que el Predestinado cambiará el mundo y salvará a la humanidad. Neo no puede creer que sea capaz de todo eso. Pero el secreto para la victoria del héroe esconde la más simple y la mayor de todas las ironías: para cambiar al mundo, basta cambiarse a sí mismo.
Transfórmate y todo alrededor se transformará - ¡es el secreto! Porque la aparente separación de las cosas esconde la unicidad de todo lo que existe. Tal vez sea imposible doblar una cuchara con el pensamiento. Pero si sabes que la cuchara y tú son la misma cosa, entonces basta doblarse a sí mismo. El mito de la travesía del héroe nos enseña que el destino de cada uno de nosotros es realizar lo que verdaderamente somos pero que todavía no aceptamos. La aventura de Neo es la aventura de todos nosotros en busca de nuestra esencia más legítima, aquella que al fin nos liberará. Hasta alcanzarla, la vida nos pondrá a prueba de muchas maneras y tendremos que convivir con dolorosas incertidumbres y auto-engaños. Entretanto, yendo de lo micro hacia lo macro, la aventura de Neo es la aventura de la humanidad entera, en busca de su supervivencia como especie. En un tiempo de tecnología idolatrada y valores esenciales olvidados, corremos el riesgo de ver nuestra propia creación volverse contra nosotros. Ante tal posibilidad, la única salida parece ser, todavía, seguir lo que decía, justo en su entrada, el Oráculo de Delfos en la Grecia Antigua: conócete a ti mismo. La tecnología no tiene sentimiento. Nosotros lo tenemos. Una máquina no es capaz de amar. Nosotros somos. Esa diferencia obvia puede pesar bastante en el guión de nuestra película.
Cierto nazareno revolucionario, dos mil años atrás, ya decía que somos todos dioses. Pues voy en el mismo camino: igual que Neo, somos todos héroes. Héroes de nuestras propias vidas. Como Neo, estamos predestinados a realizarnos a nosotros mismos. Hecho un Salvador, cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar o mundo. Pero antes es preciso cambiar la forma como nos entendemos a nosotros mismos. Es el secreto que se esconde detrás de la película Matrix y también de toda la vida. El secreto que de tan obvio no se ve y que aguarda pacientemente a todos los predestinados.
(Publicado en O Povo, CE, el 09/08/1999)