diciembre 18, 2006

LIBEREN A LA GENTE / por John Lennon


La canción "Freeda people" originalmente formó parte del disco Mind Games (1972). Ahora, más de 30 años después, suena con pasmosa actualidad en los títulos finales de la película Hijos del hombre, dirigida por el mexicano Alejandro Cuarón y basada en una novela de la escritora británica P. D. James, que se estrenó el jueves pasado en Buenos Aires.


No nos importa qué bandera están flameando
Ni siquiera queremos saber sus nombres
No nos importa de dónde son o dónde están yendo
Todo lo que sabemos es que vinieron
Ustedes están tomando todas nuestras decisiones
Tenemos sólo un pedido que hacerles
que cuando estén pensando las cosas
hay algo que es mejor que directamente hagan
Liberen a la gente ya
Háganlo, háganlo, háganlo, háganlo ahora


Bueno, nos pescaron con las manos arriba
No se desesperen, la paranoia está por todos lados
Podemos sacudirnos con amor cuando estamos asustados
Así que gritémoslo fuerte como si fuese una plegaria
Liberen a la gente ya
Háganlo, háganlo, háganlo, háganlo ahora

Entendemos su paranoia
Pero no queremos jugar su juego
Piensan que son cool y que saben lo que están haciendo
666 es su nombre
Así que mientras se están masturbando mutuamente
Mejor que tengan esto en la cabeza
Su tiempo se termina, deberían saberlo
Pero capaz que no leyeron las señales
Liberen a la gente ya
Háganlo, háganlo, háganlo, háganlo ahora

Bueno, los pescamos con las manos en la matanza
Y todavía tienen que tragarse su píldora
Mientras resbalan y caen colina abajo
Sobre la sangre de la gente que asesinaron
Paren la matanza (Liberen a la gente, ahora)
Háganlo, háganlo, háganlo, háganlo ahora

diciembre 10, 2006

DIÁLOGO CON LUDOVICA SQUIRRU


“El destino son las huellas que uno ha dejado atrás”

En esta entrevista, Ludovica reflexiona sobre sus 25 años de best seller, su vida en Córdoba y nos anticipa el Año del Chancho.

Los Andes (Mendoza) 9 diciembre 2006
Pablo Pereyra -ppereyra@losandes.com.ar
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"El año del chancho de fuego empieza el 18 de febrero próximo y será la continuidad del perro de fuego. Va ser un año de purificación, de reformulación y de examen de conciencia”, aseguró Ludovica mientras se escuchaba la lluvia que caía en el patio de su casa en la localidad de Nono, en Córdoba, su hogar permanente desde 1999.

Del otro lado de la línea telefónica se oye el rugido de una tormenta que no marchita su estado de ánimo. Todo lo contrario. Porque la lluvia se esperaba luego de las celebraciones del lunes pasado, el 4 de diciembre, cuando una multitud se reunió en el paraje de Ojo de Agua, cerca de su casa, para celebrar por tercer año consecutivo la “Refundación espiritual de la Argentina”. Un ritual que puntualmente agrupa a cultores de las creencias maya, mapuche, siria-caldea y china y artistas de distintas vertientes.

Como todos los años, su “Horóscopo chino” amenaza con ser uno de los libros más vendidos de la temporada. Desde su primera edición, su escalada simplemente se escapó de control transformándose en inmediato best seller. No obstante, ella le dedica nueve meses de investigación. “Es un embarazo”, asegura, pero disfruta de las giras de presentación y está contenta de regresar a Mendoza luego de dos años de ausencia. La cita será el martes próximo, a las 18, en el auditorio Adolfo Calle. (Ver aviso publicitario de mañana en Estilo).

-¿Te imaginaste cumplir 25 años con un libro?

- No, nunca. Porque soy una mujer que vive el aquí y ahora y va haciendo su vida como una tejedora con el telar. Si miro para atrás es simplemente una continuidad. Es grato cuando darse cuenta que pasó un cuarto de siglo y uno sigue creyendo en lo que apostó.

- ¿Cuánto tiempo te lleva escribirlo?

- Me lleva nueve meses, es un embarazo. Literalmente el libro tiene un principio y un fin, y acá en mi casa es un trabajo muy interno, muy solitario. Requiere mucha investigación ligada a colaboradores de primer nivel que se suman y aportan lo suyo. Además integro cada año artistas plásticos como en este caso Carlos Páez Vilaró. El resultado también tiene que ver como una alquimia de mis encuentros, de la gente que está a mi lado y de la que elijo. Es un trabajo metódico y al mismo tiempo muy mágico porque incluye personas que van apareciendo en mi camino. Por ejemplo, este año en México conocí a dos colaboradoras excepcionales, que son Cristina Alvarado y Guiomar Balmaceda, astrólogas de origen chino-mexicano que me han aportado material nuevo. Esto lo cuento en el prólogo. La idea es continuar transformando cada edición en algo interesante, didáctico y creativo.

- ¿Es verdad que hay muchas similitudes entre el calendario maya y el chino?

- Por supuesto que es verdad. En mi búsqueda personal, llegué hace 16 años a México y me interesé muchísimo por la astrología maya, aunque es bastante lamentable que en nuestro continente sepamos tan poco sobre nuestros antepasados aborígenes, teniendo en cuenta que han tenido un nivel tan alto en la cosmovisión, en los calendarios sagrados y las profecías. Fui la primera persona que trajo a José Argüelles a la Argentina, hace 14 años atrás. (Autor del libro “El factor maya”). Él inició el movimiento maya que hoy es muy popular. Fue una búsqueda mía que luego continuó con la publicación de “El libro del destino” de astrología maya , junto a Claudio Barrios. Allí sacamos a la luz profecías ocultas de más de 500 años. Estas investigaciones son afluentes que van a parar al mismo mar. Cuando uno está metido en un camino espiritual la gente empieza a aparecer y suma. Miguel Grinberg por ejemplo, que es otro hombre que se ha dedicado toda su vida a la ecología, ahora también estuvo conmigo en la ceremonia de la refundación espiritual de Argentina. Este proyecto que hago todos los 4 de diciembre, año a año en Traslasierra, con una convocatoria cada vez mayor.

La ceremonia anual se lleva a cabo al aire libre, en campo abierto, en una zona de difícil acceso donde se atraviesa un río. La gente llega porque quiere llegar. La jornada no tiene nada de cholulismo ni esnobismo. Hay actividades en distintos espacios del campo que incluyen escalar una montaña para visitar a una diosa que fue construida por un artesano pero también se medita y presencia actividades artísticas relacionadas con la plástica y la música.

- ¿Cómo fue la ceremonia de este año?

- Maravillosa. Vino gente de todo el país, a pesar de ser lunes. Esto ocurrió en una zona llamada Ojo de Agua. Allí nos reunimos cuatro cosmovisiones; la mapuche a través de Juan Namuncurá (el creador del Instituto de Cultura Indígena Argentina y Mapuche); Carlos Barrios con la maya, Ana Tarántola desde el punto de vista sirio caldeo y yo desde el chino, elegimos una fecha propicia para fundar astrológicamente la Argentina. La primera edición fue a las 5 de la tarde del 4 de diciembre de 2003. En todos los libros desde entonces está explicado por qué y esto crece día a día. Vinieron actores y músicos de la zona y se produjo una atractiva mezcla donde cada uno pone su semilla, apostando por la conciencia. Es un ritual simple, con gente que tiene ganas de participar.

- ¿Cómo será el año del Chancho de Fuego?

- Es una consecuencia directa del paso por el Año del Perro de Fuego. Los chinos para empezar el nuevo año tratan de saldar sus cuentas pendientes en todo sentido. Es la única esperanza para que lo que se hizo no se convierta en una bola de nieve. Se preparan internamente para ordenar sus prioridades. Para poner en foco lo que quiere hacer, o dejar de ser, o programarse, porque el destino son las huellas que uno ha dejado atrás. No es el futuro el destino, es el pasado. Entonces, según cómo sean tus huellas y te programes, aunque haya determinaciones favorables o no para cada signo, en realidad siempre depende de uno, de la actitud positiva o negativa que tengás. Si estás en casa cruzado de brazos esperando que pase un milagro, no creo que te vaya muy bien. Si ordenás un poco tu parte interior, cada uno sabrá cómo, a través de terapias, de encuentros espirituales, de astrología, de autoconocimiento personal, quizá tu año tendrá mayor fluidez y será mejor entre la gente que todavía le gusta echarle la culpa a los demás por lo que le pasa. El trabajo que yo hago es uno de conciencia, entonces me parece que dependerá de la persona, de la actitud que tenga cuando lea el libro, de esperar que le llegue un milagro, o ponerle de uno para que el destino mejore.

- ¿Se te ocurrió alguna vez investigar astrológicamente a los políticos?

- Llevo 25 años con este trabajo y no me metí nunca con los políticos, ni mucho menos en predicciones políticas. Soy la única astróloga de este país que no se ha involucrado políticamente, ni lo haré. Si quisieran saber cómo es astrológicamente la combinación Kirchner-Cristina, por ejemplo, tendrían que leer la compatibilidad de sus signos y tomarlos como a cualquier persona.

- Para una investigadora tan seria, la prosperidad, la suerte y las maldiciones ¿son supersticiones o hechos concretos?

- Los chinos, y los orientales en general, dicen que existe la ley del karma. Karma quiere decir acción de lo que uno hace, dice y piensa. Si vos tenés malos pensamientos, deseás el mal o si supuestamente hacés brujerías, tenés que hacerte cargo de lo que te viene de vuelta, es decir, la ley de causa y efecto, un boomerang. Hay gente que esto no lo lleva a nivel consciente. Creen que la vida es pasar de largo con el piloto automático y que nunca vas a pagar el peaje por las cosas que hacés. Quienes creemos en el karma sabemos que cualquier acción, sea buena o mala, vuelve. Estará en cada uno elegir qué hace.

-¿Cómo es un día de Ludovica?

- Todos son distintos porque mi actitud frente a la vida es estar abierta, y por empezar hacerme cargo de todo lo que invento. Porque soy una mona de fuego muy imaginativa, después a veces soy víctima de mis propios inventos. Entonces tengo que enfocarme bien porque vengo del ritual de la fundación espiritual donde puse muchísima energía. Además, hace un mes que estoy de gira por las provincias presentando el libro nuevo, por eso trato de cuidarme para poder dar lo mejor de mí y que la gente lo reciba.